El geofísico alemán Alfred Wegener tenía razón: ¡Los continentes se mueven! Desde 1912 venía haciendo investigaciones y dedujo de ellas algo que sonó muy revolucionario. Cuando dio a conocer su teoría, muchos colegas hicieron gestos escépticos: ¿Que los continentes se deslizaban sobre el magma subterráneo? ¡NO!
Entre tanto la teoría de Wegener relativiza a la deriva de los continentes fue rechazada y posteriormente confirmada, modificada y de nuevo reconocida como legítima por nuevas investigaciones. El proceso de los tremendos y lentos movimientos tiene probablemente un curso diferente del imaginado por Wegener. Pero en principio estaba bien fundado.
Con ayuda de las investigaciones del paleomagnetismo ha podido confirmarse esencialmente la taeoría de Wegener. Con este método se mide la magnetización de las partículas de hierro en diferentes rocas antiguas. De la misma puede deducirse la posición de los continentes con respecto del polo magnético.
De un modo u otro se confirma que los continentes se movieron en la antiguedad y que siguen haciéndolo.
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